COMENTARIO DE ARTE: LA VENUS DE MILO
La conocida Venus de Milo se trata de una obra escultórica original griega, de autor desconocido, perteneciente a la época helenística (130 - 100 a.C.) del arte griego. Como se puede apreciar, se trata de un bulto redondo (que puede ser enteramente rodeado), diseñada de pie. El material utilizado es el mármol, y se tiene constancia de que al principio estuvo policromada. La obra, de carácter naturalista, trata un tema mitológico, ya que representa a la diosa Afrodita, o Venus para los romanos, semidesnuda. Se trata de una adaptación de la Afrodita de Capua. Actualmente se encuentra en el museo del Louvre, en París, y a pesar de carecer de los brazos, su estado de conservación es bueno.
Es apreciable en esta obra, perteneciente a la Escuela Neoática, varios rasgos del periodo helenístico. En primer lugar, encontramos en ella cierto dinamismo apreciable en su torso, ligeramente torcido, abandonando el equilibrio característico de la época clásica y dando vida y vibración al elegante y frío esquema del siglo IV a.C. Este ondulamiento invita al espectador a buscar varios puntos de vista. Además, es característica en la Escuela Neoática, el eclecticismo clásico, que evoca serenidad y armonía. La representación del cuerpo femenino es detallado y de proporciones armoniosas, con volúmenes naturales. Encontramos varias texturas gracias al empleo de una técnica refinada. Así, destacan la suavidad en la piel de Venus, en contraste con los pliegues de la túnica que cubre sus piernas. Esta contraposición da lugar a que la luz juegue en la escultura creando contrastes que acentúan el dinamismo de la obra. En cuanto al rostro, se muestra sereno, sin una expresión remarcable. Se cree que llevaba una manzana en la mano, que es el símbolo de la isla de Milo.
La Venus de Milo, prueba del afán de innovar del Helenismo, representa el dominio de las emociones a través de la serenidad que evoca su rostro. Además, la obra en su conjunto tiende al ideal clásico de belleza. Esta presencia de la belleza ideal será posteriormente estudiada por Winckelman, considerado el fundador de la Historia del Arte (siglo XVIII), que entendió la búsqueda de la belleza perfecta como motor del arte griego. También, en relación a esta obra, el mismo historiador comenta la importancia de los desnudos y los escasos ropajes, citando así “Todo lo que el arte nos enseña acerca el cubrimiento del desnudo en las figuras y sobre los pliegues de sus vestidos. Tras la bella naturaleza y el noble contorno, esta ciencia es la tercera cualidad que hace superiores las obras de la Antigüedad”. Por otra parte, la representación mitológica también se mezcla con la representación de hechos cotidianos, ya que en este caso, se humaniza a la diosa (seguramente) entrando o saliendo del baño, lo que justificaría su desnudez. Esto también aumenta el realismo presente en la escultura. Según el escritor Antonio Climent Carbó, «transmite una sensación de calma, realismo, naturalismo, tristeza, y una sensación táctil muy especial». De igual forma hay expertos que creen que esa cierta tristeza presente en su rostro podría deberse a la muerte de Alejandro Magno. La pose relajada, indolente, y pasiva de esta figura resalta los rasgos de la belleza formal que se quiere representar y nos muestran una anatomía perfecta, armónica y sensual, cualidades de las venus antiguas, ya que estas constituían los cánones de belleza de la época. Su realización puede deberse a una ofrenda, ya que esta diosa fue de las más veneradas en la Antigüedad Clásica. Además, esta escultura tuvo una gran influencia en el Neoclasicismo posterior, considerándola el cánon de belleza clásica.
Bibliografía
https://www.ecured.cu/Venus_de_Milo
http://www.juanmartinprada.net/imagenes/transcripcion_videopresentaciones_sobre_winckelmann.pdf
http://www.juanmartinprada.net/imagenes/transcripcion_videopresentaciones_sobre_winckelmann.pdf
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