ARTE GÓTICO
CATEDRAL DE LEÓN
La Pulchra Leonina, como así se llama a la Catedral de León, es cronológicamente, la tercera gran seo del gótico clásico en la Corona de Castilla, iniciándose en la segunda mitad del siglo XIII.
El gran edificio gótico que vemos actualmente reemplazó a otra templo de estilo románico - inferior en tamaño- que se edificó junto a la muralla en el siglo XII. Este lugar, a su vez, fue ocupado por unas termas romanas del siglo II.
Sin duda, la catedral de León es la más "francesa" de las grandes catedrales góticas españolas del siglo XIII. Su relación con la catedral de Reims es evidente en la planta y Amiens y Beauvais, en el alzado.
La planta de la catedral muestra tres naves configuradas con tramos barlongos y transepto desarrollado más cabecera rodeada de girola simple, configurada con tramos trapezoidales y con capillas radiales.
Las naves de la catedral de León se cubren con bóveda de crucería cuatripartita en tramos rectangulares.
El crucero se hace con una bóveda cuatripartita, que sustituyó a la cúpula barroca del siglo XVII en las obra acometidas a finales del siglo XIX con el fin de guardar coherencia con el resto de la construcción.
Por su parte, las torres se encuentran desplazadas al exterior, flanqueando el hastial occidental sin colocarse sobre las naves laterales
Siendo bello el exterior, con las portadas del Juicio Final, San Juan y San Francisco o el desarrollo de sus grandes torres, lo más celebrado de la catedral de León es sin duda la desmaterialización de los muros en vidrieras policromadas.
Como es propio de la arquitectura gótica, la escultura desaparece del interior del templo, donde los capiteles son anicónicos y sale al exterior, a las grandes y monumentales fachadas y puertas.
En concreto, conjuntos escultóricos se han conservado en la fachada occidental, y las puertas de los brazos del transepto, tanto sur como norte, aunque en este último caso no es visible desde el exterior.
La fachada occidental tiene tres grandes puertas y dos estructuras intermedias. Básicamente, podemos decir que el principal protagonismo de la iconografía escultórica recae sobre la Virgen María. Sabido es que el gótico clásico confiere a la Madre de Dios un gran protagonismo, al que no es ajeno la devoción que un siglo antes manifestó hacia ella Bernardo de Claraval.
Si se desea conocer el espíritu que animó el arte gótico del siglo XIII en Europa -sobre todo a nivel de arquitectura- se ha de visitar el interior de esta preciosa catedral.
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