miércoles, 29 de noviembre de 2017

COMENTARIO ARTE GÓTICO: EL MATRIMONIO ARNOLFINI

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El Matrimonio Arnolfini se trata de una obra pictórica de la época artística gótica, concretamente se trata de una pintura de los primitivos flamencos. Realizada por el pintor Jan Van Eyck en 1434. Usa la técnica de óleo sobre tabla (82 x 59 cm). Su estado de conservación es impecable. Actualmente se conserva en el National Gallery, en Londres.
La técnica de los primitivos en flamenco se consigue mezclando los pigmentos con un aglutinante, que suele provenir de aceites vegetales. Se solía aplicar no solo a tabla sino también metal, madera, piedra o marfil. Esta técnica daría paso a la pintura al fresco que en vez de aceites utilizaba el huevo. Consta de una pincelada corta, precisa y de textura lisa, la línea no aparece como silueta o trazo negro. Los contornos se delimitan de forma suave y natural. El dibujo es extraordinariamente preciso y define con gran detalle cada uno de los elementos que integran la composición, individualizando cada rasgo u objeto con meticulosidad. Podemos observar gradaciones de color y suaves contrastes de luz, una luz natural que penetra por una ventana situada a la izquierda pero que no produce una luz focal y dura, de forma que los contrastes terminan siendo lumínicos y muy suaves. La gama cromática es muy rica y variada, abarcando todo el espectro, desde los colores fríos (verde y azul de la indumentaria femenina) hasta los cálidos (rojo del banco, cama y dosel). Su combinación es equilibrada y transmite serenidad. La parte derecha del cuadro reúne los colores más vivos y contrastados (rojo y verde), que resaltan la figura femenina y el lado derecho de la misma estancia. La composición es sencilla, equilibrado y responde a un eje de simetría vertical que comienza en la lámpara, continúa en el espejo de la pared y termina en la figura del perro; a un lado y otro se disponen las dos figuras del cuadro, unidas a través de las manos. La principal hazaña artística de esta pintura es la representación del espejo convexo, un recurso que el autor utiliza para demostrar su maestría al representar tan pequeños detalles, y aparte de esto es muy importante la aparición de la ventana ya que es un factor importante para introducir la luz.


El tema central del cuadro es la boda de Giovanni Arnolfini, un rico comerciante italiano de Brujas. Esta obra es una de las más representativas de la pintura flamenca del siglo XV. En la imagen aparece la pareja, el marido toma la mano de su esposa, Giovanna Cenami, mientras que con la izquierda bendice el matrimonio con la derecha. Sin embargo, bajo lo simple que puede parecer este tema, se ocultan numerosos interrogantes, empezando por la propia identidad de los personajes. Parece que Giovanni Arnolfini, natural de Lucca, era un rico comerciante asentado en Brujas, contrajo matrimonio con Giovanna Cenami, nacida en París, hija también de una rica familia italiana. Ambos se integraron rápido en la sociedad flamenca y obtuvieron varios reconocimientos. La ceremonia se desarrolla en el interior de una casa bellamente decorada, símbolo del poder económico adquirido por este comerciante. Los ropajes de los personajes muestran su posición social, ya que están hechos de ricos materiales, hecho que Van Eyck sabe captar con minucioso detalle. La primera impresión es que ella está embarazada, por lo abultado que se ve el vientre, y siempre se ha explicado esto en muchos estudios del cuadro. Hoy se sabe que la familia no tuvo descendencia, por lo que también se ha sugerido que el cuadro representa una especie de conjuro o exorcismo contra su infertilidad. Pero lo más probable es que el abultamiento del vientre femenino sea sólo una falsa impresión visual por la forma de recogerse el vestido.  El resto de la escena está compuesta por un interior, supuestamente la casa del matrimonio, con gran profusión de detalles. Así podemos decir que la composición es más bien sencilla, ocupando el matrimonio el centro de la escena. La luz, como ya se ha mencionado, desempeña un papel fundamental, de carácter natural, contribuye a dar profundidad a la escena. Se observan dos hombres que se reflejan en un espejo cóncavo del fondo como testigos de la boda, siendo uno el propio pintor, que firma el cuadro con la leyenda “Jan Van Eyck estuvo aquí”.

La técnica de representar los símbolos camuflados por objetos cotidianos, es muy del gusto de los artistas del siglo XV, en un deseo de elevar lo terrenal hacia un estadio más espiritual. De esta forma, el candelabro mantiene solamente una vela encendida en un momento del día en que no se necesita luz. Simboliza a Jesucristo que todo lo ve y que con su presencia santifica el matrimonio. El perro que aparece a los pies de los esposos es el símbolo de la fidelidad la pareja promete en este acto. Los rosarios de cristal y el espejo convexo hacen referencia a la pureza. Los frutos que hay sobre el arca y el alféizar de la ventana recuerdan el estado de inocencia de los hombres, antes de que Adán y Eva cometieron el pecado original.

  

Esta obra es considerada una de las más importantes de la pintura flamenca y la obra cumbre del artista. La pintura primitiva flamenca, influirá mucho en los artistas posteriores en el empleo del óleo, así como en la iluminación utilizando las ventanas laterales, o Velázquez que también se inspiró en él, al utilizar el espejo como recurso, como en sus obras de Las Meninas y La Venus del Espejo.

Bibliografía

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