martes, 14 de noviembre de 2017



SAN PEDRO DEL VATICANO

 Nos encontramos en el siglo XVI  en una nueva etapa del Renacimiento conocida como Cinquecento.
El  contexto histórico del siglo XVI cambia y por tanto también los aspectos culturales  El sistema de ciudades estado de Italia se ve perturbado por la intervención de Francia y España y la tendencia a regímenes autoritorios  en ellos el poder recae en  los príncipes que contratan a  los artistas para su exaltación y propaganda.
Los muros exteriores de la basílica, exceptuando la fachada principal, se componen por superficies planas separadas por pilastras.
 La fachada principal de la basílica tiene 115 m de ancho y 46 m de altura.​ Fue construida por el arquitecto Carlo Maderno entre 1607 y 1614. Se articula a través de la utilización de columnas de orden gigante que enmarcan la entrada y el «Balcón de las bendiciones».

  El proyecto consistía en un edificio con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas, la central de mayor tamaño y apoyada en cuatro grandes pilares, inspirándose en la
basílica de San Marcos. Era muy utilizado en este estilo el marmol de colores, los azulejos.
El bronce era utilizado en la decoracion de columnas y en si destacar elementos decorativos de la contruccion.
La reunion de todos estos materiales daban el caracter y la importancia que estas contrucciones demandaban.

Principalmente la Basilica de San Pedro esta construida por Travertino, es una roca sedimentaria de origen parcialmente biogénico, formada por depósitos de carbonato de calcio.

La nave mide 218 metros de largo. La cúpula de la Basílica de San pedro es la más grande del mundo y mide 42 m de diámetro y 138 m de alto. El interior cuenta con 45 altares. La fachada principal mide 114 metros de ancho y 47 metros de alto.
Tiene una superficie de 21.477 metros cuadrados cubiertos.
La Basílica de San Pedro posee una capacidad de 20.000 fieles. Mide unos 190 metros de largo, el ancho de las tres naves es de 58 metros, la nave central tiene 45,50 metros de altura, hasta la cima de la bóveda, la cúpula alcanza unos 136 metros de altura hasta la cruz; el interior, caracterizado por grandiosas decoraciones en mosaico, constituye el precioso joyero que custodia algunas de las más célebres obras de arte del mundo, como el Baldaquino de Bernini y la estatua de la Piedad de Miguel Ángel.


Debajo de la cúpula se sitúa el altar mayor o papal, con el baldaquino de bronce que realizó Bernini. Este arquitecto también se ocupó de la Plaza de San Pedro y su famosa columnata,  situada en el exterior, y  de terminar el edificio con parte de la decoración interior como el monumental relicario que encontramos en el presbiterio.
En cuanto a uno de los últimos elementos construidos de la basílica, encontramos su fachada. Las esculturas de San Pedro y San Pablo se encuentran al frente, y tiene ocho ventanas en la parte superior que aportan luz al interior. La completan trece esculturas, seis campanas y un pórtico que cuenta a su vez con cinco puertas.
 
Cabe destacar que la basílica, además de ser una obra de arte por sí sola, cuenta con importantes obras situadas en su interior, como diversos mosaicos, pinturas, esculturas de papas, santos o emperadores. Entre ellas podemos destacar la estatua de bronce de San Pedro, atribuida a Arnolfo di Cambi, que ya se encontraba en la antigua basílica, La tempestad del lago Tiberíades, más conocido como  La Navicella  de Giotto, o la Piedad de Miguel Ángel. 

Finalmente, el trabajo que realizaron cientos de personas para levantar este edificio dio lugar a una  de las cuatro basílicas mayores con las que cuenta Roma. Se les atribuye este nombre porque en su altar solo puede oficiar el Papa, y forman el conjunto de basílicas patriarcales. 


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