domingo, 8 de abril de 2018

ARTE DEL SIGLO XIX: En un café (La absenta) de Edgar Degas


 En un café (La absenta)




En un café o La absenta, es una obra pictórica realizada en torno a 1876 por el artista impresionista Edgar Degas. La obra fue realizada en óleo sobre lienzo y tan sólo mide unos 92 cm de alto y 70 de ancho; está ambientada en un conocido café de Paris, El café de la Nueva Atenas. Este café era el nuevo centro de reunión de Manet y los realistas tras abandonar el Café Guerbois.

Los personajes aparecen arrinconados en la esquina izquierda del cuadro cobrando especial importancia la composición y perspectiva del mismo. A través de la disposición de las mesas el artista impresionista establece una perspectiva oblicua, como ya había hecho en otras obras anteriores como Clase de danza. Son también las mismas mesas de mármol las que disponen un punto de fuga desplazado. Degas influenciado fuertemente por la fotografía y sobre todo por las artes escénicas gusta de extraños enfoques que arrinconan a los personajes, los cortan por la mitad… no obstante, la composición de sus cuadros no es en absoluto descuidada sino que tiene una trama muy trabajada. El espacio del café se hace protagonista en la obra de Degas.

Ellen André y Marcel Desboutin

Posando para la ocasión la actriz y modelo Ellen André y el grabador Marcel Desboutin. Ambos se sitúan tras una típica mesa de café y delante de los espejos que adornaban las paredes del local. Encima de las mesas encontramos una bandeja con la botella de absenta, la copa de licor y un vaso que contenía una bebida no alcohólica, según el testimonio de la protagonista. La mujer aparenta ser una prostituta de las muchas que había en aquellos momentos en París, llegadas del campo ante la promesa de trabajo y la esperanza de una vida mejor. Su afición por el alcohol sugiere la incorporación de la mujer a los vicios que hasta ahora eran exclusivos de los hombres. 

El gesto de desprecio y ausencia de la dama es una de las notas características de la pintura. Junto a ella contemplamos al hombre, indiferente ante la mujer que le acompaña, resultando difícil saber cuál es la relación existente entre ambos. Quizá sea una alusión a la desesperanza de esa nueva sociedad industrial que se está creando, totalmente individualista y despreocupada de los problemas de los demás. 

Los colores también han sido profundamente estudiados, con el ya tradicional contraste entre los tonos oscuros del traje de Marcel y los colores claros de la blusa y el sombrero de Ellen. De esta manera acentúa el contraste de ambas personalidades. La luz tiene un papel importante en esta imagen: resbala por los modelos y crea tibias sombras, distribuidas de manera acertada. Los reflejos de luz en el mármol y en los cristales se consiguen gracias a un ligero toque de color blanco. Precisamente la pincelada es bastante suelta, apreciándose los rápidos toques del pincel, sin olvidar la existencia de una destacable base de dibujo. 

La influencia de la estampa japonesa se aprecia en esta escena por la doble perspectiva utilizada; así, se ofrece una visión desde arriba para las mesas y frontal para las figuras. Haber cortado la rodilla y la pipa de Marcel muestra la influencia de la fotografía, siendo éste un rasgo de modernidad.

La obra expuesta en el Salón impresionista de 1876 fue duramente criticada, tachándola de marginal y sucia. En el 92 Degas expuso la pieza en una segunda exposición corriendo la misma suerte, tampoco se libró de las críticas en la exposición londinense del 93 donde fue tildada de degenerada y grosera.

BIBLIOGRAFÍA:

https://arte.laguia2000.com/pintura/los-bebedores-de-absenta-degas
https://www.artehistoria.com/es/obra/en-el-caf%C3%A9
http://www.elcuadrodeldia.com/post/131828951593/edgar-degas-en-el-caf%C3%A9-la-absenta-1876-%C3%B3leo 

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