EL DORMITORIO EN ARLÉS DE VAN GOGH
Nos encontramos ante “El dormitorio
en Arlés”, un óleo sobre lienzo realizado en el año 1888. Su
autor es el pintor post-impresionista holandés Vincent van Gogh. Este cuadro representa la habitación del pintor durante su
estancia en la ciudad francesa con el mismo nombre.
Vincent van Gogh, más allá de la
comercialización de la figura atormentada del héroe depresivo que
se ha propagado en los últimos años, debería de ser considerado
como un artista de propuesta expansiva extrañamente personal. "El
dormitorio en Arlés" (1888) funge muy bien como un ejemplo
ilustrativo. Casi sin formación académica, su obra resulta
sumamente llamativa al tacto: el manejo de los volúmenes es tal que
pareciera que la habitación, en este caso, estuviese torcida,
volcada sobre sí misma, en un equilibrio incierto que remite a una
realidad desfasada, a punto de colapsar sobre el espectador. Hay algo
en las proporciones que funciona solamente sobre sí mismo, y que
invita a una inmersión secundaria: primero, la de la perspectiva
—como si se estuviese entrando al cuarto—; luego, la de la
desestabilización, de la pérdida del suelo.
Autorretrato (1889)
Pareciera, entonces, que Van Gogh
invita a una nueva experimentación de la realidad aparente,
enfatizando siempre la intervención de la experiencia individual a
cada espectador. El juego de sólidos, la pesadez, la necesidad
imperiosa de querer que no se desplome sobre uno mismo: eso es Van
Gogh, eso es Arlés en 1888, eso es el paso al siglo XX.
Van Gogh fue un hombre que sufrió
muchísimo durante toda su vida. Un hombre ansioso y psicológicamente
frágil. Sufría de depresiones y sus últimos años de vida los pasó
recluido en institutos mentales. Los doctores en ese tiempo no sabían
cómo darle un tratamiento apropiado a sus problemas mentales y
emocionales. Lo único que sabían era que cuando él pintaba, este
artista sabía exactamente lo que quería y porqué lo hacía.
Nos encontramos ante una de las tres
versiones que realiza Van Gogh de su estancia en Arlés, en el
interior de la casa amarilla donde convivió durante un breve espacio
de tiempo con su amigo y pintor Gaugin.
La escena es sencilla. Una cama, una
silla y varios cuadros colgados de forma desordenada en la pared de
una pequeña habitación donde lo más destacado es el uso de la
perspectiva deformada tan característica del autor que parece
utilizar un objetivo de gran angular.
Al fondo la ventana apenas queda
entreabierta sin dejar ver el campo, lo que aumenta el ambiente
claustrofóbico de este pequeño espacio donde vive el artista.
El colorido de su pincelada es
vibrante, como vemos en la colcha color sangre sobre la cama, y
aunque su intención era reflejar la calma en la que vivía en su
retiro, no consigue transmitirnos esa tranquilidad.
Sobre el tema de su dormitorio, Van
Gogh realiza tres cuadros casi idénticos. El primero, conservado en
el museo Van Gogh de Ámsterdam, fue ejecutado en octubre de 1888 y
se deterioró en una inundación ocurrida durante la hospitalización
del pintor en Arlés. Cerca de un año después, éste emprende la
realización de dos copias: una, de mismas dimensiones, se conserva
hoy en el Art Institute de Chicago; la otra, la del museo de Orsay,
realizada para su familia en Holanda, es de tamaño más reducido.
Primera versión (1888)
Segunda versión (1889)
Tercera versión (1889)
En una carta dirigida a su hermano
Théo, Vincent explica lo que le incita a pintar una obra semejante:
quiere expresar la tranquilidad y resaltar la sencillez de su
dormitorio mediante el simbolismo de los colores. Para ello,
describe: "los muros lila pálido, el suelo de un rojo gastado y
apagado, las sillas y la cama amarillo de cromo, las almohadas y la
sábana verde limón muy pálido, la manta roja sangre, la mesa de
aseo anaranjada, la palangana azul, la ventana verde",
afirmando: "Había querido expresar un reposo absoluto mediante
todos estos tonos diversos".
Mediante estos diferentes tonos, Van
Gogh hace referencia a Japón, a sus crespones y a sus estampas. Se
justifica de este modo: "Los Japoneses han vivido en interiores
muy sencillos y que grandes artistas han vivido en este país."
Pese a que, para los japoneses, una
habitación decorada con cuadros y muebles no parezca realmente
sencilla, para Vincent es "un dormitorio vacío con una cama de
madera y dos sillas". Alcanza a pesar de todo una cierta
austeridad, por su composición constituida casi únicamente de
líneas rectas y por la combinación rigurosa de superficies de color
que compensan la inestabilidad de la perspectiva.
Este cuadro es un reflejo del deseo del
artista por cuidar de sí mismo y organizar su vida de una manera
correcta. Hasta el momento que pintó esta obra solo había vivido en
lugares transitorios y nunca se había podido establecer
permanentemente en ningún lugar.
Las paredes, que se encuentran detrás
de la cama, parece que se inclinaran una hacia la otra de una manera
bastante pronunciada. Esto hace más exagerado el tamaño del cuarto
y, por lo tanto, la cama se ve enorme y el piso parece elevarse.
Van Gogh era un artista bastante pobre
y no tenía para comprar más que lo esencial. Sus muebles eran
sencillos y de madera. La cama la compró con dinero prestado a su
hermano Theo. También colocó dos sillas por si alguien lo venía a
visitar.
En ese tiempo no existían los baños
así que tenía que usar una jarra de agua y un tazón.
Las ventanas están entreabiertas, lo
que significaba que había un acceso al mundo exterior. Esto da la
impresión de un cuarto tipo autónomo. El espacio abierto frente a
la cama hace que el cuadro en sí no luzca demasiado claustrofóbico.
Los retratos colgados en la pared se
diferencian en las tres versiones. En la ultima versión de 1889 se
observa el autorretrato del artista que él mismo pintó. A su
derecha se encuentra su hermana Willemien. En las otras dos
versiones pintó la cara del poeta Eugène Boch y el soldado
Paul-Eugène Milliet. Debajo de estos retratos se encuentran dibujos
hechos en papel.
Si observamos bien veremos cómo
existen dos sillas, dos almohadas, dos retratos en la pared, dos
dibujos y dos puertas. Como el artista vivía solo, esta era una
manera de multiplicar todo por dos y sentir menos la soledad. Aquí
vemos su constante deseo de sentirse acompañado y rodeado de amigos.
En realidad esta habitación no parece
en absoluto la de un artista, pues no tiene nada que refleje la
habitación de un pintor, no existen materiales visibles. Ninguno de
sus suministros están expuestos, ni siquiera una caja con sus
brochas. La verdad es que a Van Gogh le gustaba mucho pintar en
exteriores por horas y horas, así que su dormitorio era nada más
que un lugar para relajarse al final del día. Lo único que podemos
observar es su chaqueta y su típico sombrero de paja colgado de
ganchos en la pared.
Las sillas del artista eran
originalmente de madera blanca pero las pintó de amarillo por
razones simbólicas. El amarillo era el color de la luz del sol, del
calor y de la felicidad. Como dije anteriormente, a Van Gogh le gustaba
pintar mucho en exteriores usando las tonalidades exactas que veían
sus ojos pero en ocasiones incorporaba o intensificaba colores.
En la primera versión el piso era de
color rojo ladrillo, luego lo pintó con un rosa oscuro para
finalmente dejarlo en su ultima versión con una tonalidad de setas.
Todos estos cambios reflejaban su constante cambio de humor.
La pintura era gruesa y las pinceladas
estaban puestas unas sobre otras. Los colores los obtenía
directamente del tubo y pintaba rápidamente de manera que a menudo
acababa un cuadro en el mismo día.
Van Gogh usa constantemente el color
amarillo en sus cuadros. Este era uno de los colores que siempre le
pedía a su hermano Theo que le trajera de París.
Para este artista la obra tenía que
ser fácil de entender para el espectador, así que los contornos de
los objetos tenían que ser fácil de seguir. Una característica
particular del estilo de Van Gogh era esos contornos oscuros que
colocaba alrededor de los objetos con colores planos.
Aunque la intención de Van Gogh era de
dar una sensación de solidez, de permanencia, de tranquilidad, el
resultado fue más bien un sentimiento de angustia debido
precisamente a esos contornos.
Los muebles estaban situados de una
manera extraña, ya que las puertas se veían bloqueadas por una silla
y por la cama. No parecía un lugar muy fácil para vivir.
Esta versión ha sido restaurada
recientemente en el 2010, debido a que algunos colores se habían
apagado.
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