sábado, 25 de noviembre de 2017


COMENTARIO ARTE ISLÁMICO: EL MIHRAB DE LA MEZQUITA DE CÓRDOBA


El Mihrab de la Mezquita de Córdoba es una obra arquitectónica que se inscribe en el arte islámico. Es fruto de la gran reforma del  templo llevada a cabo en la segunda mitad del siglo X durante  el gobierno del califa Al-Hakam II (961-976).  Fue elaborado por Chafar.

Mihrab es una palabra  árabe que designa un nicho u hornacina. Hace referencia al pequeño espacio interno precedido por un arco (normalmente de medio punto) o a veces, como en la Mezquita de Córdoba, una pequeña habitación, que marca el sitio donde han de mirar los que oran. La construcción del mihrab formó parte de un amplio programa de modificaciones en el que se incluyeron también la ampliación de las naves de oración y la creación de una nueva maqsura (espacio próximo al mihrab, reservado para el gobernante). El mihrab está en el muro de la quibla supuestamente orientado normalmente hacia La Meca, aunque esto no sea así en el caso de la mezquita cordobesa. Se le considera el Sancta sanctorum de la mezquita. El actual mihrab de la mezquita de Córdoba (hubo otros antes de que el edificio fuese experimentando sus sucesivas ampliaciones) es resultado de la gran reforma del  templo llevada a cabo en la segunda mitad del siglo X durante el gobierno del califa Al-Hakam II.  La obra de marmolería fue elaborada por los tallistas Bedr, Nasr, Fatah y Taric. Posteriormente se procedió a decorarlo con mosaicos. Las cuatro columnas embocan el arco de herradura proceden del anterior mihrab de Abd al-Rahman II.  Así pues, el mihrab cordobés influye de gran manera, no tanto en las soluciones constructivas de época califal (pieza de muy reducidas dimensiones: tres por tres metros), sino sobre todo en las concepciones entonces existentes sobre la decoración de las partes más destacadas de un edificio religioso y, lo que es más importante aún, acercamiento de la simbología aplicable a esos elementos ornamentales ya que, como es sabido, la religión islámica es poco amiga de las representaciones figuradas. Pero además, este mihrab cordobés también demuestra cómo concepciones de muy diversa procedencia oriental  (bizantinas, arábigas, persas, etc.) terminaron teniendo un gran éxito en la arquitectura andalusí.


Pese a su reducido tamaño, consta de una gran originalidad, ya que anteriormente, los modelos existentes se reducían a pequeñas hornacinas abiertas en el muro de la qibla. En este caso, nos hallamos ante una habitación de planta poligonal que verticalmente podemos dividir en tres zonas: un zócalo marmóreo, un friso intermedio en el que encontramos seis arquillos ciegos polilobulados sobre los que encontramos una banda con versículos del Corán y, por último, una cubierta en la que se colocó una bóveda octogonal hecha en yeso y que adopta la forma de una concha (bóveda avenerada). Debe recordarse que este espacio, vedado a los fieles, es el más íntimo y sagrado del templo, ya que simboliza la presencia de Allah en la mezquita  y, por otra parte, es el lugar junto al que se coloca el imán cuando debe dirigir la oración.

Sin embargo, lo más destacado es la decoración de la portada que lo comunica con el resto de la mezquita. En sus laterales vemos zócalos de mármol que se adornan con ataurique, mientras que en el centro encontramos un gran arco de herradura sostenido en jambas del mismo material y en las cuales, hacia el intradós, se han colocado las cuatro columnas de mármol.  Dicho arco consta de dovelas decoradas. Las albanegas van adornadas con motivos vegetales y por encima de ellas, corre un friso con inscripciones que alaban a Allah. Aún más al exterior,  un friso tiene los mismos repertorios, que se diferencia por el empleo de un vivo color azul. Finalmente, en su parte superior, el conjunto se remata con siete arcos polilobulados. Esta decoración se llevó también a la cúpula situada delante de la  fachada del mihrab. De este modo el califa podría pensar que no sólo había cumplido sobradamente con su dios, sino que además había demostrado al mundo hasta donde llegaban sus riquezas y su autoridad.


Bibliografía



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