viernes, 24 de noviembre de 2017

 


COMENTARIO ARTÍSTICO DE UNA OBRA. FACHADA DE LA CATEDRAL DE BURGOS.
 
Resultado de imagen de fachada de la catedral burgos
 
                                            Laura Suárez Gil.
 
INTRODUCCIÓN.

Se trata de una portada gótica decorada con esculturas en altorrelieve o de bulto redondo pero adosadas, con un interesante programa iconográfico. Está realizada en piedra y los diferentes grupos escultóricos se adaptan a un marco arquitectónico dado de antemano: es la portada abocinada de una catedral gótica. La textura de las superficies no se aprecia pero todas las esculturas miran al espectador y su composición es muy reposada y jerárquica. La Portada de El Sarmental, pertenece a la fachada meridional de la Catedral de Burgos y se encuadra entre 1230 y 1240.

COMENTARIO DE TEXTO.

El programa iconográfico de su única portada está dedicado a la Maiestas Domini, trasmite un mensaje apocalíptico que puede parangonarse con el modelo que deriva de la Puerta Real de Chartres.
Resultado de imagen de maiestas domini


En el centro del tímpano aparece Cristo en Majestad en actitud de bendecir con la mano derecha, mientras con la izquierda sujeta el libro de los Evangelios, que apoya en la rodilla. A su izquierda y derecha, escoltándole, y superpuestos de dos en dos, aparecen los cuatro evangelistas y sus símbolos o Tetramorfos. Dos de ellos, San Marcos al lado del león, y San Lucas al lado del toro, van sentados en amplias banquetas, se inclinan sobre sendos pupitres y escriben al dictado del Nuevo Testamento; los otros dos van colocados en un nivel superior, encima de su símbolo San Juan el águila, y encima del ángel San Mateo, los dos también sentados y escribiendo sobre atriles. El tamaño de los evangelistas es inferior al de Jesús, de acuerdo con el precepto de la perspectiva jerárquica y parecen escribanos afanados con sus plumas entre los dedos y los cuernos de la tinta donde mojar a su derecha.
 
Resultado de imagen de centro del timpano catedral de burgos

Por debajo del tímpano se sitúa el apostolado que va cubierto por un doselete corrido, formado por arquillos trilobulados. El tímpano va delimitado dentro del muro por tres arquivoltas. La primera decorada por una hilera de ángeles y serafines que, portando cirios, adoran al Creador, mientras en las dos restantes encontramos a los 24 ancianos del Apocalipsis, reyes bíblicos y santos. Todas estas esculturas se asientan sobre peanas que al mismo tiempo ejercen la función de pequeños doseles de las inmediatamente inferiores.

Las jambas de la portada se componen de un zócalo y dos galerías superpuestas de arcos ciegos. La inferior, sin decoración escultórica, lleva dobles columnas adosadas, mientras que en la superior son simples y la decoran esculturas de Moisés, Aarón, San Pedro, San Pablo y otros dos personajes no identificados.
 
Resultado de imagen de Moisés, Aarón, San Pedro, San Pablo catedral de burgos fachada
 

En el parteluz, aparece la figura de un obispo con mitra estrellada en la que popularmente se ha visto la representación del obispo don Mauricio, bajo cuyo pontificado se inició la construcción de la Catedral de Burgos.
 
Resultado de imagen de parteluz catedral de burgos fachada
 
 

Sobre el doselete que la cobija aparece el Cordero Místico, elemento iconográfico extraído del Apocalipsis.

El eje de simetría divide el conjunto y subraya la importancia de dos figuras: el Cristo del tímpano y el obispo del parteluz. Alrededor de Cristo, que preside el tímpano, se distribuyen el resto de los personajes, obligados a adaptarse al marco arquitectónico. El arco apuntado del tímpano exige que los escribanos curven sus cuerpos, las arquivoltas obligan a las figuras superpuestas a seguir la curva de los arcos, de acuerdo con la costumbre gótica y en contra de la románica que preferentemente obligaba a seguir la orientación de las diferentes dovelas de las arcadas.

Las figuras, aunque todavía muestran la frontalidad y rigidez románicas, ya presentan una humanización gótica al relacionarse entre sí y desarrollar actividades concretas. Los rostros denotan rasgos diferenciados y los ropajes, los cuales, favorecen la corporeidad. Los evangelistas-escribanos y los apóstoles reciben un tratamiento más naturalista.

La mayor parte de las esculturas son prácticamente exentas y se integran en la arquitectura mediante elementos arquitectónicos como las peanas. Entre el tímpano y el dintel destaca un doselete corrido que sirve de base a la escena central y de remate al friso de los apóstoles; su decoración de castilletes remite a la muralla de Dios o a la Jerusalén celestial.

Se caracteriza por la proporcionalidad de los cuerpos, un mayor sentimiento narrativo, un interés más definido por la estética, y una mayor expresión individual; siempre dentro del marco de disposición convencional de las figuras. El bagaje artístico autóctono también se hizo sentir, aunque tímidamente.
 
Bibliografía:
 

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