miércoles, 17 de enero de 2018

COMENTARIO QUATTROCENTO



Magdalena Penitente de Donatello

A lo largo de los siglos XIV y XV se produjo en Italia una renovación de las artes plásticas que modificó radicalmente la concepción artística que se tenía hasta ese momento. Los artistas volvieron la vista hacia la antigüedad clásica e hicieron del hombre el centro de su universo. En este sentido se debe destacar cómo a lo largo de Quattrocento las obras escultóricas adquirieron un gran naturalismo y realismo siguiendo los modelos de la escultura griega. Sin embargo, y paulatinamente, comenzaron a surgir algunas obras que se iban alejando de ese carácter naturalista, contenido y sosegado, de la estatuaria renacentista y que será el precedente para el desarrollo del estilo manierista. Así, la obra que hoy nos ocupa, María Magdalena como penitente de Donatello, es uno de los precedentes más tempranos de la nueva estética manierista.

El artista realiza una obra de temática religiosa, cuya inspiración se encuentra en la leyenda dorada de Jacopo de la Vorágine. En ella se explica cómo María Magdalena, arrepentida por sus pecados, se retira al sur de Francia para dedicarse a la vida ascética.

Parece ser que la obra fue realizada en torno al año 1453–1455 (por esta época se puso de moda representar a la de Magdala), pero se desconoce a ciencia cierta la fecha de finalización. Sin embargo, por el estilo más avanzado de obras posteriores a ese año, se apunta la posibilidad de que fuera creada después de 1460. Quizás se trate de su última obra, ya que el artista falleció en 1466.



Anteriormente Donatello ya había mostrado un gran expresionismo con el San Juan Bautista de madera, realizado para Venecia, aunque es en esta etapa florentina de sus últimos años donde mejor y con más intensidad lo muestra, en el San Juan Bautista de bronce realizado para Siena y especialmente en esta escultura de María Magdalena penitente, cuyo expresionismo se puede comparar a las versiones barrocas de este mismo tema.

Al parecer la obra fue encargada al artista por el Baptisterio de San Juan de Santa María dei Fiore, Florencia, y en la actualidad la obra se encuentra en el Museo dell´Opera del Duomo.

Se trata de una escultura de bulto redondo tallada en madera y policromada que representa a María Magdalena como una mujer de avanzada edad en cuyo rostro y cuerpo se aprecia el paso de los años y la vida de redención. Su ropa son harapos que cuelgan de su demacrado cuerpo en un sinfín de pliegues. El claroscuro cobra especial importancia en esta composición, donde una infinidad de pliegues recrean un continuo juego de luces y sombras.

El artista ha logrado recrear una figura dramática, teatral, con un marcado pathos que poco tiene que ver con las obras contenidas de la etapa clásica, acercándose más bien a la estética manierista o incluso barroca.

Todo en ella es fragilidad. Acostumbrados a ver a una María Magdalena como una joven doliente por la muerte de Cristo, pero aún así bella, Donatello da un giro en esta imagen y obvia la idealización, centrándose en crear a una mujer, desgarrada por la pena, de una forma dramática y teatral. Su aspecto no es el de una lozana joven, sino el de una anciana de aspecto cadavérico con sus huesudas manos en posición orante. Solo hay un rastro de la antigua belleza, su característica melena. El artista pretende mostrar la viva imagen del arrepentimiento y la penitencia, pero sin renunciar a insinuarnos lo que un día fue esta mujer.



La composición es bastante simétrica, si bien la cabeza ladeada rompe algo esta simetría. También se observa la pierna derecha ligeramente adelantada como en actitud de andar. En contraste con la superficie pulida del brazo y las piernas presenta otras formas huesudas, pómulos salientes, remarcados por su delgadez, grandes cuencas oculares con unos ojos profundos y abiertos, boca entreabierta que deja ver una dentadura deteriorada y con comisuras caídas y cabellos lacios. La luz en los entrantes y salientes crea claroscuro, como en la cuenca de los ojos, aumentando la tensión dramática. En resumen, esta es una imagen que representa lo desagradable y de marcada expresividad.





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