domingo, 28 de enero de 2018

COMENTARIO RENACIMIENTO EN ESPAÑA



MONASTERIO DE SAN LORENZO EN EL ESCORIAL



El arte español del siglo XVI está relacionado con el arte de la contrarreforma, convirtiéndose éste edificio en el más destacado de la contrarreforma católica.
En 1557 en la fiesta de san Lorenzo Mártir, las tropas españolas, bajo las ordenes de Manuel Filiberto de Saboya, logran cerca de San Quintín una victoria sobre los franceses, con ésto Felipe II lograría un grado de poder muy similar al que Carlos V logró en la batalla de Mühlberg diez años antes.
Felipe II empieza la construcción del edificio dedicando toda su vida a la defensa de la religión, identificando el edificio contra la herejía.

La finalidad del edificio, estaba vinculada con el concilio de Trento, que fue una protesta contra el luteranismo y una defensa de la fe católica y de la Iglesia, que ya Carlos V iniciaría.
Pero esto trajo conflictos, con Italia y Francia, de hecho se dice que durante una de las guerras que se mantuvo con Francia, se destruyó una pequeñas iglesia dedicada a San Lorenzo, y que por ello, el rey quiso a modo de tributo, homenajear al santo dedicándole el edificio.

La corte por un lado con el absolutismo, la iglesia con el poder que le caracterizaba en la vida española, y la nobleza que tenía el poder económico eran los que tenían el poder y dominaban, el arte estaba en manos pues, de las clases dominantes, pero acabará arraigando en España con gran fuerza.
Una de las razones de la construcción del Escorial por mediación de Felipe II, fue la de conmemorar la victoria de San Quintín en la festividad de San Lorenzo y así crear un edificio con temática religiosa en conmemoración del santo y mantener su reino bajo la fe cristiana y así asegurar las reliquias y los santos que durante la contrarreforma religiosa eran atacados.

Las obras comenzaron en 1563 y finalizaron en 1584. Comenzó la obra Juan Bautista de Toledo, pero al fallecimiento de este en 1567 se hizo cargo de las obras Juan de Herrera que sería el artífice y creador de esta magna obra que incluso llegaría a dar nombre a un estilo propio de arquitectura: el herreriano. La primera piedra fue colocada el 23 de abril de 1563.
El propio rey Felipe II participaba en la ejecución de las obras, supervisaba los planos y acudía con frecuencia a comprobar el desarrollo de las obras. Sin duda alguna fue una obra personal del monarca.
El material utilizado en la construcción fue el granito, material muy abundante en la zona. Sobre las fachadas este y sur encontramos las zonas ajardinadas.

La planta del monasterio es un rectángulo. En cada uno de sus ángulos se alza una torre cubierta por un chapitel puntiagudo de pizarra. Sobre la torre una bola de metal, veleta y cruz. La planta adopta la forma de una parrilla, objeto del martirio de San Lorenzo en cuya memoria esta erigido el monasterio. Las cubiertas se cubren a doble aguas con ventanas y chimeneas.
Cuenta con cuatro fachadas la norte, este, oeste y sur.




En el centro del monasterio se alza la Iglesia o Basílica, alrededor de la cual giran la dependencias más importantes del conjunto. Delante de la iglesia se alza el conocido como Patio de los Reyes, gran espacio descubierto que junto con la iglesia articula a derecha y a izquierda todos los elementos básicos del monasterio. Las fachadas norte y oeste, las mas imponentes y las mas visibles se alza una gran explanada, mientras que en las fachadas este y sur se abren a zonas ajardinadas.

La iglesia corresponde a una planta-salón de nave única y capillas poco profundas entre los contrafuertes, coronándose con una cabecera poligonal y con un coro alto (2º piso) a los pies.



El alzado se realiza a través de sillares de piedra. Los arcos utilizados responden a diversas tipologías (apuntados, conopiales, carpaneles y mixtilíneos, estos últimos en el claustro), con tracerías flamígeras (recargadas y con formas en S o doble curva, especialmente visibles en el claustro bajo).



En cuanto a la iglesia responde a un alzado bipartito en donde ha desaparecido el triforio sustituido por una crestería, con amplios vanos en el clevistorio que, sin embargo, dejan gran importancia al muro.

Los pilares son fasciculados, con numerosos baquetones, alguno de ellos aristados que se decoran con capiteles corridos a varias alturas.


En el exterior se observa más claramente un predominio del muro, así como la decoración flamígera en pináculos, cresterías y arcos ciegos, con contrafuertes adosados al muro y pequeños arbotantes hacia el claustro.



La cubierta de la iglesia se realiza a través de bóvedas estrelladas, siendo más espectacular la que corona, sobre trompas, el cimborrio (pues en alzado se observa una cruz latina de brazos muy poco desarrollados).



En el piso bajo del claustro aparecen bóvedas de terceletes, mientras que el segundo piso se cubre con techumbres de madera de inspiración mudéjar, siendo cubierta la escalera de comunicación con una cúpula de media naranja decorada con casetones y apoyada sobre pechinas.





La decoración es exuberante con una tendencia al horror vacui. Los motivos más repetidos son los vegetales (pilares fasciculados, intradós de los arcos...) con una talla muy profunda, los motivos heráldicos (escudos de los Reyes Católicos, letras iniciales de ambos monarcas...), esculturas (como las del claustro, cobijadas bajo doseletes, o la de la entrada, que representa a la muerte, gárgolas) y otros motivos de origen mudéjar (lacerías en las techumbres, atauriques, ...) o renacentistas (en la escalera, como máscaras y veneras).





El Monasterio pertenece a la fase flamígera del gótico (arcos conopiales, bóvedas estrelladas, alzado bipartito, complicadas tracerías...) a la que se añaden elementos mudéjares (epigrafías, lacerías, techumbres de madera...) conformando una variante puramente española de dicho estilo denominada estilo hispano flamenco, al que incluso llegan a añadirse elementos renacentistas.



Nos encontramos, por tanto, en la fase más barroca del estilo, donde comienza a primar lo decorativo sobre lo estructural, perdiendo alguna de las características de su fase clásica, más preocupada por la luz y la verticalidad que en este momento se están perdiendo a favor de la decoración, especialmente escultórica. Por otro lado, la presencia del coro alto y a los pies será copiado con posterioridad casi conviertiéndose en una costumbre en los siglos XVI y XVII (Iglesia del Monasterio del Escorial).



A todo esto habría que añadir una fuerte carga política, típica del reinado de los Reyes Católicos, que buscan en el arte una propaganda de la monarquía (el monasterio conmemora la batalla de Toro en la guerra civil entre Juana la Beltraneja y la reina Isabel, colocándose en el mismo centro del antiguo barrio judío que se estaba remodelando tras su expulsión en 1492). A esta función propagandística corresponde la abundancia de escudos, iniciales y otros motivos que llenan el templo y claustro, y observable en otros monasterios de la misma época (Iglesia de los Jerónimos de Madrid, Cartuja de Miraflores en Burgos con esculturas de Gil de Siloé, Capilla Real de Granada...).



Si observamos la planta podremos advertir su perfecta regularidad. Enmarcado en un rectángulo, sólo sobresalen de él, al oeste, el volumen dedicado al palacio y, al sur (no registrado en planta) la galería de convalecientes. El resto de las dependencias se organizan en torno a un sistema de patios con cuatro torres cuadrangulares en los ángulos.

Todo el edificio se organiza en torno a un eje de simetría axial en donde se encuentran las principales zonas significativas. Desde la portada principal, y sobrealzada en un segundo piso, se encuentra la biblioteca que comunica, a la izquierda, el colegio (la cultura) con el claustro del monasterio (la religión).



Ambos edificios son gemelos, con un patio central dividido por cuatro crujías.



Si seguimos avanzando ingresamos en el Patio de Reyes que sirve de atrio (al modo de las basílicas paleocristianas) a la fachada de la iglesia que se encuentra coronada por los reyes del Antiguo Testamento, entre ellos David (rey guerrero asimilado a la figura de Carlos V) y Salomón (rey prudente y sabio como imagen de Felipe II).





La gran basílica tiene, en los pies, un vestíbulo sobre el que se encuentra (en la segunda planta) el coro de los monjes. La planta de la iglesia es cuadrangular con una cruz griega inscrita en cuyo centro se encuentra una gran cúpula sujeta por cuatro grandes pilares achaflanados (con las esquinas recortadas para dar mayor visibilidad). La cabecera es plana (para luego añadirla un retablo) y elevada sobre una escalera.



En este punto se unen las principales ideas del monumento. Es el lugar divino (se encuentra el altar y la custodia), el lugar real (a su derecha se abre una ventana que lo comunica con la habitación de Felipe II, estando, además, adornados los laterales por esculturas arrodilladas de Felipe II y Carlos V), y el de la monarquía (bajo el suelo, como una cripta, se encuentra el panteón real en donde se encuentran enterrados los reyes hispanos). De esta forma se unen poder (rey) y sus dos grandes justificaciones: la religión y la tradición.
A ambos lados de la basílica se encuentran otros dos patios, el izquierdo muy reformado, y el derecho que sirve de claustro al convento (Patio de los evangelistas, con un templete central que recuerda a San Pietro in Montorio de Bramante).





El final del eje lo ocupa el palacio, de nuevo en torno a un patio (el de Mascarones) y con dos laterales (llamados secretos)



El alzado es sobrio. El material utilizado es la piedra cortada en sillares perfectos, con pizarra en los tejados y chapiteles, según el modelo de los Países Bajos.
Los vanos, en gran parte, son adintelados, utilizando también el de medio punto, apareciendo los vanos termales recogidos de Miguel Ángel.



Por lo general, se prefiere el muro plano, sin casi articulación, dividido por pilastras .



En el interior de la iglesia se utiliza la pilastra (gigante y doble, al modo miguelangelesco) de orden dórico.



En la fachada, para realzarla, se utilizan columnas adosadas con alternancia de órdenes en altura. Son de orden gigante (influencia de Miguel Ángel) y pareadas. La unión de ambos pisos se realiza a través de volutas, coronando todo el conjunto por un frontón decorado por pirámides y bolas.



Las cubiertas son, por lo general, de cañón con lunetos derivados del Gesú.

El crucero de la basílica se cubre con cúpula sobre pechinas que apean en los grandes pilares.



En el exterior, su perfil es apuntado, con tambor con dobles columnas que se repiten en los nervios dobles, uniéndose en la linterna, (influencia de la cúpula del Vaticano de Miguel Ángel).



En los tejados a dos aguas se utiliza la pizarra con buhardillas y verticales chimeneas de planta trebolada.

En las torres (y también de origen flamenco) complejos tejados de pizarra de múltiples planos (chapitel)

La decoración exterior es sumamente sobria, restringiéndose a motivos geométricos (bolas, pirámides...).



Se trata de un estilo desornamentado en donde se trata de no enmascarar lo constructivo. Al espectador se le pretende dar un visión geométrica y desnuda de la arquitectura, realizada a través de volúmenes simples y repetidos de forma matemática (canon).



Es el límite de lo intelectual y abstracto, en donde casi desaparecen los órdenes, todo regido por la recta y las relaciones luz sombra eternamente repetidas que tanto éxito tendrá en la Europa Manierista que busca un estilo severo que represente la pureza de la religión salida de Trento.
En el interior aparecen las artes figurativas con claras intenciones propagandísticas del rey y la religión. Los techos se cubren de frescos de artistas italianos manieristas que significarán todo un banco de pruebas del que saldrá el futuro arte barroco.
La gran escultura monumental (en bronce, al contrario del material típico hispano, la madera) la realizará la familia Leoni, con retratos de los reyes y santos.

El retablo (trazado por Herrera) responde a un modelo clásico de alternancia de órdenes, dominado por la recta.

La fachada principal: Se caracteriza por su clasicismo, por su respeto del orden de las medidas. Se diferencian dos cuerpos, en el inferior vemos una puerta adintelada con entablamento, vemos ocho columnas de orden gigante cuatro a cada lado de la puerta. Entre los intercolumnios diversas hornacinas vacías y ventanas algunas de ellas cegadas. Separando el piso inferior del superior, tenemos una línea de entablamento. En el superior hay cuatro columnas de orden gigante sobre plinto respetan la línea vertical de las columnas del nivel inferior. Vemos también el escudo real de Felipe II y por encima la imagen de San Lorenzo en una hornacina. Esta coronado por un frontón triangular con decoración típica herreriana en sus vértices. Encontramos a cada lado del segundo piso, cuatro picos sobre plinto rematados en esferas, respetando la línea vertical de las columnas del nivel inferior. Se aprecia equilibrio entre la verticalidad y la horizontalidad.




El Patio de los Reyes: Nos encontramos ante este patio tras pasar las puertas del Palacio. Vemos una fachada con columnas de orden gigante y dórico adosadas, de las que destaca el detalle de las dos columnas de los vértices que rematan la composición. Vemos tres entradas con arcos de medio punto sencillo y por encima vanos adintelados. Acto seguido, encontramos un entablamento. El cuerpo superior destaca por sus seis esculturas que van en la línea vertical de las columnas del cuerpo inferior. Las esculturas tienen un carácter idealizador, tienen un trabajo realista de los pliegues y se comunican entre sí con cierto dinamismo, pero sus rostros son inexpresivos. Las esculturas son: David, Salomón, Ezequías, Josafat, Josías y Manasés. Los seis son los Reyes de Israel. Rematando la composición hay un frontón triangular cortado en la base, en el centro, por un arco de medio punto.



La Basílica del Escorial: Es una Basílica de planta de cruz griega.Las naves del templo se cubren mediante bóvedas de cañón soportadas por arcos perpiaños. Todo ello gravita sobre los muros perimetrales y sobre cuatro gruesos pilares dóricos centrales . El espacio que definen, a modo de crucero, se cierra mediante una cúpula circular sostenida por cuatro pechinas; en él se abren ocho ventanales que proporcionan luz natural.
Destacamos una línea de entablamento monumental que recorre todo el muro.También hay que destacar en el interior del templo: esculturas, retablos en especial al Retablo Mayor, la pintura al fresco de la bóveda del Coro



Panteón de Reyes o Cripta. Situado bajo el Altar Mayor. Se trata de una habitación de traza poligonal, en uno de cuyos lados figura un pequeño altar. En nichos y distribuidos en diversas alturas, los sarcófagos con los restos de los reyes y reinas de España.



La Biblioteca: Situada en una sala situada exactamente sobre la entrada principal de la fachada oeste. En la portada hay una inscripción que amenaza con pena de excomunión a todo aquel que saque algún libro u objeto depositado en la sala. Destaca en el centro una esfera de madera, realizada en Florencia. También cinco mesas cuadradas de mármol con cercos de bronce del siglo XVII. Se cubre la estancia con bóveda de cañón y los suelos son de mármol. La bóveda de la sala esta compartimentada en siete espacios, cada uno de ellos representa una de las siete Artes Liberales, representada por una matrona a la que acompañan diversas figuras alegóricas al arte al que pertenecen. Estas Artes son: la Gramática, la Dialéctica, la Historia, la Aritmética, la Geométria, la Astronomia y la Música.




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