El Incendio Del
Borgo
El incendio del Borgo (en italiano L’Incendio di Borgo) es un fresco ejecutado por el taller del artista Rafael Sanzio.
Aunque se asume que Rafael hizo los dibujos para la compleja composición, los
dibujos preparatorios fueron realizados por Urbino y el fresco fue en su mayor
parte obra de su asistente Giulio Romano. Fue pintado en 1514. Tiene una anchura en la base de 670 cm. Es el fresco
que da nombre a la Sala del Incendio del Borgo (Stanza dell'incendio del Borgo), una de las habitaciones que hoy en día son conocidas como
las estancias de Rafael,
ubicadas en el Palacio Apostólico del Vaticano y que forman parte de los Museos
Vaticanos.
La estancia
fue utilizada durante el pontificado de Julio II (pontífice desde 1503 hasta
1513) para las reuniones del más alto tribunal de la Santa Sede, la Segnatura Gratiae et Iustitiae, presidido por el pontífice. A esta función están ligadas
las pinturas de la bóveda, encargadas por el papa a Pietro Vannucci, llamado el
Perugino, en 1508. En la época de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) la
estancia fue destinada a comedor y el encargo de pintar al fresco las paredes
fue dado a Rafael, quien confió gran parte de su realización a sus alumnos. El
trabajo fue terminado entre 1514 y 1517. Los frescos ilustran las aspiraciones
políticas de León X a través de historias sacadas de las vidas (narradas en el Liber Pontificalis) de dos papas anteriores con el mismo nombre: León III (Coronación de Carlomagno y Justificación de León III) y León IV (Incendio de Borgo y Batalla de Ostia). En todos los episodios el papa toma el aspecto del
pontífice reinante, León X. En las monocromías del zócalo se describen seis
figuras sentadas de emperadores y soberanos protectores de la Iglesia.
Representa un milagro de 847,
atribuido al papa León IV en el Liber Pontificalis. Se
había declarado un incendio en la ciudad, y el papa lo sofocó haciendo la señal
de la cruz desde una ventana del Vaticano. Ejemplificaría así el favor
divino obtenido a través del Pontífice. No obstante, no hay unanimidad en
cuanto al sentido de la escena. Puede referirse al cisma que terminó con León X
(historiador Pastor), o puede aludir a la llegada de la paz con el papa León
X, después de las guerras de Julio II (Redig de Campos).
Tres son los planos de la composición. En
primer término, una serie de ciudadanos huye del fuego, mientras otros cogen
agua para sofocar las llamas. Este primer plano es agitado y dramático. Hay
mujeres que gritan, con los brazos en alto, una de ellas arrodillada en gesto
de desesperación, hombres que escapan del fuego arrojándose por las ventanas,
como el joven desnudo de la izquierda que mira con preocupación; junto a él,
una mujer pone a salvo a su bebé, lanzándoselo a una figura masculina que alza
los brazos. Justo delante, a la izquierda, se ve a un hombre joven con otro
anciano a cuestas, se trataría de un eco del tema clásico de Eneas con
su padre Anquises. De este modo, Rafael compara el acontecimiento con la
huida de Eneas de Troya, según la cuenta Virgilio. Es por lo tanto
una alusión a la idea tradicional de que Roma era la nueva Troya. Además, según
los emblemas de Alciato, cuentan que ésta representación de Eneas, portando a
Anquises (historia sacada de la Eneida), significa, la piedad del hijo, para
con los padres; relacionándolo de éste mismo modo, con el milagro del Papa, ya
que éste, se apiada de sus fieles, y sofoca el fuego.
En el plano medio hay toda
una serie de ciudadanos que se dirigen hacia la basílica de San Pedro, para
pedir ayuda al Papa. Y, el fondo, aparece este, en la fachada de la antigua
basílica, aún no demolida. Este viejo edificio paleocristiano, de características clásicas, se pone en confrontación
con la arquitectura del siglo XVI y
los tres órdenes clásicos, el orden dórico, el jónico y
el corintio; esto señala el
evidente interés del artista por la arquitectura. El «arquitecto de San Pedro» estudiaba el tratado de Vitrubio en aquel momento.
La
tercera de las Estancias cuya realización se confió a Rafael tomó su nombre del
único episodio pintado al fresco por el artista, mientras que las otras tres
escenas, que representan la Batalla de Ostia, la Coronación de Carlomagno y el
Juramento de Léon III, fueron dejadas en manos del taller y concluidas en 15 17.
Estas imágenes, al igual que la autógrafa de Rafael, hacen alusión, valiéndose
de episodios del pasado, a la política instaurada por León X durante su
pontificado. Con esta obra se suele hacer coincidir el inicio del estilo
pictórico que distingue los últimos años de Rafael, un estilo presidido por un
sentido heroico del clasicismo. El acontecimiento representado está extraído
del Liber Pontificalis y muestra el milagro gracias al cual, en el año 847, el
papa León IV personificación de León asomándose a la galería de las bendiciones
de la basílica de San Pedro, figurada en formas paleocristianas, extinguió un
incendio que se había desatado en la Ciudad Eterna. En la organización de la
escena, el pintor se inspiró en las perspectivas de las escenografías teatrales,
utilizando de una manera innovadora diversos puntos de vista. No menos
importantes son las diversas alusiones a edificios de la era clásica como el
templo de Saturno y, dentro de lo contemporáneo, del vocabulario bramantesco. Y
también en las figuras hay referencias a lo antiguo: las actitudes de algunas
de ellas, tomadas de la estatuaria clásica, logran infundir en el espectador la
sensación de la tragedia que se está desarrollando. La elección de este
episodio no fue casual, como tampoco lo fue la de los temas ejecutados por sus
alumnos. Con el milagro de León IV, el papa Médicis hace una explícita
referencia al objetivo que se había propuesto durante su pontificado: aplacar
el fuego de la guerra que estaba devastando la Cristiandad.
El dibujo es rico en movimientos. En este cuadro y en los otros de la Sala
se percibe un notable cambio en el estilo. De la armoniosa belleza de la Sala de la Signatura se pasa aquí a un estilo menos homogéneo, índice del
encuentro de Rafael con el manierismo. En realidad, en esta Sala, poco pintó Rafael, limitándose al
proyecto conceptual y a la ejecución de los cartones y, en esta obra, se nota
principalmente la mano de Penni en
primer plano y de Giulio Romano en
el fondo, ambos pintores manieristas. Rafael y nadie más ha ideado el
planteamiento escenográfico del fresco, con el plano inclinado. En la primera
mitad del siglo XVI se
comienza, de hecho, a teorizar la escenografía teatral sobre las bases de la
obra de Vitrubio y en 1540, Sebastiano
Serlio publica los primeros resultados en el Terzo Libro dell'Architettura. El manierismo
aplicará rápidamente estos conceptos a la pintura, apartándose de la rígida perspectiva renacentista. De esta manera, Rafael consigue
presentar plenamente el dramatismo del acontecimiento histórico, aun a costa de
deformar la verdad.
Bibliografía:
http://www.museivaticani.va/content/museivaticani/es/collezioni/musei/stanze-di-raffaello/stanza-dell-incendio-di-borgo/stanza-dell-incendio-di-borgo.html
https://arte.laguia2000.com/pintura/incendio-del-borgo-rafael
http://www.artehistoria.com/v2/obras/6945.htm
https://www.slobidka.com/rafael/322-rafael-sanzio-el-incendio-del-borgo.html
https://es.wikipedia.org/wiki/El_incendio_del_Borgo
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