lunes, 29 de enero de 2018

El Incendio Del Borgo (Cinquecento)

El Incendio Del Borgo

El incendio del Borgo (en italiano L’Incendio di Borgo) es un fresco ejecutado por el taller del artista Rafael Sanzio. Aunque se asume que Rafael hizo los dibujos para la compleja composición, los dibujos preparatorios fueron realizados por Urbino y el fresco fue en su mayor parte obra de su asistente Giulio Romano. Fue pintado en 1514. Tiene una anchura en la base de 670 cm. Es el fresco que da nombre a la Sala del Incendio del Borgo (Stanza dell'incendio del Borgo), una de las habitaciones que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael, ubicadas en el Palacio Apostólico del Vaticano y que forman parte de los Museos Vaticanos.


La estancia fue utilizada durante el pontificado de Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) para las reuniones del más alto tribunal de la Santa Sede, la Segnatura Gratiae et Iustitiae, presidido por el pontífice. A esta función están ligadas las pinturas de la bóveda, encargadas por el papa a Pietro Vannucci, llamado el Perugino, en 1508. En la época de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) la estancia fue destinada a comedor y el encargo de pintar al fresco las paredes fue dado a Rafael, quien confió gran parte de su realización a sus alumnos. El trabajo fue terminado entre 1514 y 1517. Los frescos ilustran las aspiraciones políticas de León X a través de historias sacadas de las vidas (narradas en el Liber Pontificalis) de dos papas anteriores con el mismo nombre: León III (Coronación de Carlomagno y Justificación de León III) y León IV (Incendio de Borgo y Batalla de Ostia). En todos los episodios el papa toma el aspecto del pontífice reinante, León X. En las monocromías del zócalo se describen seis figuras sentadas de emperadores y soberanos protectores de la Iglesia.


Representa un milagro de 847, atribuido al papa León IV en el Liber Pontificalis. Se había declarado un incendio en la ciudad, y el papa lo sofocó haciendo la señal de la cruz desde una ventana del Vaticano. Ejemplificaría así el favor divino obtenido a través del Pontífice. No obstante, no hay unanimidad en cuanto al sentido de la escena. Puede referirse al cisma que terminó con León X (historiador Pastor), o puede aludir a la llegada de la paz con el papa León X, después de las guerras de Julio II (Redig de Campos).



Tres son los planos de la composición. En primer término, una serie de ciudadanos huye del fuego, mientras otros cogen agua para sofocar las llamas. Este primer plano es agitado y dramático. Hay mujeres que gritan, con los brazos en alto, una de ellas arrodillada en gesto de desesperación, hombres que escapan del fuego arrojándose por las ventanas, como el joven desnudo de la izquierda que mira con preocupación; junto a él, una mujer pone a salvo a su bebé, lanzándoselo a una figura masculina que alza los brazos. Justo delante, a la izquierda, se ve a un hombre joven con otro anciano a cuestas, se trataría de un eco del tema clásico de Eneas con su padre Anquises. De este modo, Rafael compara el acontecimiento con la huida de Eneas de Troya, según la cuenta Virgilio. Es por lo tanto una alusión a la idea tradicional de que Roma era la nueva Troya. Además, según los emblemas de Alciato, cuentan que ésta representación de Eneas, portando a Anquises (historia sacada de la Eneida), significa, la piedad del hijo, para con los padres; relacionándolo de éste mismo modo, con el milagro del Papa, ya que éste, se apiada de sus fieles, y sofoca el fuego.



En el plano medio hay toda una serie de ciudadanos que se dirigen hacia la basílica de San Pedro, para pedir ayuda al Papa. Y, el fondo, aparece este, en la fachada de la antigua basílica, aún no demolida. Este viejo edificio paleocristiano, de características clásicas, se pone en confrontación con la arquitectura del siglo XVI y los tres órdenes clásicos, el orden dórico, el jónico y el corintio; esto señala el evidente interés del artista por la arquitectura. El «arquitecto de San Pedro» estudiaba el tratado de Vitrubio en aquel momento.



La tercera de las Estancias cuya realización se confió a Rafael tomó su nombre del único episodio pintado al fresco por el artista, mientras que las otras tres escenas, que representan la Batalla de Ostia, la Coronación de Carlomagno y el Juramento de Léon III, fueron dejadas en manos del taller y concluidas en 15 17. Estas imágenes, al igual que la autógrafa de Rafael, hacen alusión, valiéndose de episodios del pasado, a la política instaurada por León X durante su pontificado. Con esta obra se suele hacer coincidir el inicio del estilo pictórico que distingue los últimos años de Rafael, un estilo presidido por un sentido heroico del clasicismo. El acontecimiento representado está extraído del Liber Pontificalis y muestra el milagro gracias al cual, en el año 847, el papa León IV personificación de León asomándose a la galería de las bendiciones de la basílica de San Pedro, figurada en formas paleocristianas, extinguió un incendio que se había desatado en la Ciudad Eterna. En la organización de la escena, el pintor se inspiró en las perspectivas de las escenografías teatrales, utilizando de una manera innovadora diversos puntos de vista. No menos importantes son las diversas alusiones a edificios de la era clásica como el templo de Saturno y, dentro de lo contemporáneo, del vocabulario bramantesco. Y también en las figuras hay referencias a lo antiguo: las actitudes de algunas de ellas, tomadas de la estatuaria clásica, logran infundir en el espectador la sensación de la tragedia que se está desarrollando. La elección de este episodio no fue casual, como tampoco lo fue la de los temas ejecutados por sus alumnos. Con el milagro de León IV, el papa Médicis hace una explícita referencia al objetivo que se había propuesto durante su pontificado: aplacar el fuego de la guerra que estaba devastando la Cristiandad.



El dibujo es rico en movimientos. En este cuadro y en los otros de la Sala se percibe un notable cambio en el estilo. De la armoniosa belleza de la Sala de la Signatura se pasa aquí a un estilo menos homogéneo, índice del encuentro de Rafael con el manierismo. En realidad, en esta Sala, poco pintó Rafael, limitándose al proyecto conceptual y a la ejecución de los cartones y, en esta obra, se nota principalmente la mano de Penni en primer plano y de Giulio Romano en el fondo, ambos pintores manieristas. Rafael y nadie más ha ideado el planteamiento escenográfico del fresco, con el plano inclinado. En la primera mitad del siglo XVI se comienza, de hecho, a teorizar la escenografía teatral sobre las bases de la obra de Vitrubio y en 1540Sebastiano Serlio publica los primeros resultados en el Terzo Libro dell'Architettura. El manierismo aplicará rápidamente estos conceptos a la pintura, apartándose de la rígida perspectiva renacentista. De esta manera, Rafael consigue presentar plenamente el dramatismo del acontecimiento histórico, aun a costa de deformar la verdad.

Bibliografía:
http://www.museivaticani.va/content/museivaticani/es/collezioni/musei/stanze-di-raffaello/stanza-dell-incendio-di-borgo/stanza-dell-incendio-di-borgo.html
https://arte.laguia2000.com/pintura/incendio-del-borgo-rafael
http://www.artehistoria.com/v2/obras/6945.htm
https://www.slobidka.com/rafael/322-rafael-sanzio-el-incendio-del-borgo.html
https://es.wikipedia.org/wiki/El_incendio_del_Borgo

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