domingo, 4 de marzo de 2018


LA VENUS DEL ESPEJO




Se trata de un óleo sobre lienzo, pintado por Diego Velázquez en el Barroco español. Su tema es mitológico, ya que representa a la diosa Venus desnuda recostada en unas sábanas de color gris sobre un lecho protegido por una cortina carmesí y a su hijo Cupido, el cual está sujetando un espejo en el que se refleja el rostro difuminado de Venus.

El cuerpo femenino, en primer plano, atraviesa horizontalmente el cuadro. Desde el pie izquierdo de la Venus comienzan su recorrido líneas que siguen los contornos del cuerpo femenino y remarcan su sensualidad repitiendo sus curvas en los tejidos que le rodean, hacia la derecha, deslizándose por los pliegues de la colcha y los contornos del cuerpo recostado, y hacia arriba hasta alcanzar los bordes del cortinaje rojo. La figura del Cupido cierra la composición verticalmente y la equilibra.

Cupido aparece sin su acostumbrado arco y flechas, gordito e ingenuamente respetuoso, tiene en sus manos una cinta rosa de seda que está doblada sobre el espejo y se riza sobre su marco. Su función ha sido objeto de debate por los historiadores del arte. En general, se cree que sería una especie de atadura, un símbolo del amor vencido por la belleza.

Algo muy llamativo de esta composición es el espejo que sostiene Cupido, en el que la diosa mira hacia afuera, al espectador de la pintura a través de su imagen reflejada en el espejo. Y el espectador, a su vez, puede ver en el espejo el rostro de la diosa, difuminado por el efecto de la distancia, y solo revela un vago reflejo de sus características faciales.


Las figuras son proporcionadas y con una clara tendencia a la idealización. Sin excesiva expresividad se busca, ente todo, la sensualidad conseguida por medio de las posturas relajadas y el exquisito tratamiento de las texturas y en cuanto a la perspectiva no es muy profunda, y se desarrolla en diagonal.

En cuanto al color, predominan el blanco, el negro y el rojo, aunque en una extraordinaria gama de matices. Apreciamos también algún toque de ocre y el rosa de la cinta. La gran mancha roja del cortinaje diferencia el fondo del cuadro con el espacio en el que se desarrolla la acción, y la sábana gris destaca el cuerpo nacarado de la diosa. Los contornos son claros y la pincelada es nítida, suelta pero con poca mancha.

Esta obra se enmarca en la etapa final de Velazquez, la que supone la culminación de su técnica ‘’impresionista’’ de pincelada suelta y fluida, y supone uno de los primeros desnudos de la pintura española ya que Los desnudos eran encargos de coleccionistas (aristócratas y reyes) y requerían de una excusa temática para no ser considerados pecaminosos.

Bibliografía:

http://www.selectividad.tv/S_A_1_2_6_S_la_venus_del_espejo_de_diego_velazquez.html

http://sdelbiombo.blogia.com/2015/030901-analisis-y-comentario-de-la-venus-del-espejo.-velazquez.php

https://es.wikipedia.org/wiki/Venus_del_espejo



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