La Barque de Dante o Dante et Virgile aux enfers (La barca de Dante o Dante y Virgilio en los infiernos) es una de las primeras pinturas del autor francés del Romanticismo Eugène Delacroix, y la que le dio
a conocer. La pintura es un óleo sobre lienzo realizada en 1822, y en ella aparecen personajes
del infierno de la obra La Divina
Comedia de Dante Alighieri. En la actualidad
está expuesto en el Museo del Louvre de París. Realizada en 1822, y en ella aparecen
personajes del infierno de la obra La Divina
Comedia de Dante Alighieri. En la actualidad
está expuesto en el Museo del Louvre de París.
Concretamente la obra de
Delacroix representa el descenso al infierno y al purgatorio de Dante
acompañado de Virgilio.
Delacroix pintó este tema cuando apenas contaba con 24 años. La obra fue presentada en el Salón de 1822.
Delacroix pintó este tema cuando apenas contaba con 24 años. La obra fue presentada en el Salón de 1822.
Con la Barca de Dante, Delacroix buscaba triunfar
en los Salones oficiales para ver así conseguido cierto prestigio social y
económico. De esta forma, también pretendía alejarse del academicismo imperante
en aquellos momentos. El pintor obtuvo su inspiración en La Divina Comedia,
concretamente el episodio en el que Dante, acompañado de Virgilio, viaja al
Infierno y al Purgatorio
La obra proporcionó al artista
gran fama, fue presentada al Salón de la Pintura realizado aquel mismo año y el
gobierno francés adquirió esta magnífica pieza, así Delacroix conseguía
penetrar en los círculos artísticos imperantes con gran fuerza y garra. Su obra
pretendía alejarse de los academicismos que hasta entonces se habían
desarrollado en la escuela francesa ligada a los modelos de Jaques Louis David
y después con su discípulo Ingres.
En el centro de la composición
aparecen Dante y Virgilio de pie sobre el bote que los
trasporta al infierno a su alrededor, distintas figuras se torsionan en
movimientos inverosímiles, el conjunto está completado por la figura de Caronte
el guardián de la barca. La escena se desarrolla en la laguna Estigia la cual
debe ser cruzada para llegar hasta el infierno, concretamente el escritor está
representado en el Averno, lugar de sufrimiento eterno donde deben penar los
coléricos. Al fondo podemos ver el infierno representado por la ciudad en
llamas de Dite.
Dante aparece ataviado con una
túnica blanca que se cubre con una capa verdosa y la cabeza tapada con una
prenda roja. Su rostro muestra la repulsión al ver a los condenados,
florentinos que pagan sus culpas con eternos sufrimientos, y en él podemos
observar su mítica nariz aguileña. Virgilio por su parte está ataviado con una
túnica marrón y en su cabeza porta una corona de laurel; el conjunto de la
famosa barca está completado por la figura de Caronte quien trata de evitar que
los condenados suban a la barca.
Es precisamente en estos
hombres condenados en los que Delacroix muestra la gran maestría de su pintura.
Son figuras angustiosas que se retuercen en grandes
escorzos, están desnudos y su sufrimiento es
claramente perceptible en sus rostros que en ocasiones –fijémonos en la figura que trata de acceder a la barca por la esquina derecha-
están desfigurados. Las figuras muestran influencia de las obras de Rubens o del Juicio Final de Miguel Ángel, son personajes con gran
musculatura, rostros expresivos y una fuerte carga dramática.
El pathos es el auténtico
protagonista de la obra, la expresividad cobra vida en los pinceles de
Delacroix y si quizás la composición es aún algo clasicista, la barca está
situada en el centro de la obra y los personajes se arremolinan en torno a
ésta, el dramatismo del conjunto es plenamente romanticista.
Las tonalidades más utilizadas son las terrosas que junto con la luz
acentúan aún más ese dramatismo. El modelado de los cuerpos de los condenados es blando y
está muy trabajado a través de la incidencia del foco
luminoso.
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